"LA FELICIDAD ABSOLUTA NO EXISTE, Y UNO ESCRIBE JUSTAMENTE POR ESO"

lunes, 21 de febrero de 2011

LOS MUNDOS LITERARIOS.

El entretejido de imágenes y palabras en la literatura crea un universo fantástico.
La complicidad del lector lo convierte en un territorio propicio para la exploración y el descubrimiento.
Es una experiencia única que invita a realizar un viaje extraordinario pero…

...te interesará saber que todos los mundos literarios posibles generalmente admiten sólo dos clasificaciones: el mundo cotidiano y el mundo onírico.

El mundo cotidiano aparece en los relatos y obras literarias estrechamente relacionados con la realidad, el vivir diario en un determinado momento y lugar. Este mundo es construido a partir de descripciones de cosas, paisajes, personas, elementos que en definitiva crean la ilusión de un mundo creíble. El mundo onírico, en cambio, sugiere una forma diferente de ver la realidad: el mundo interior, el de los sueños, las angustias y los problemas existenciales. El supuesto orden cotidiano, las relaciones causa-efecto se distorsionan y se convierten en una realidad confusa, cambiante, inesperada, gobernada por leyes impredecibles.

Dentro del mundo onírico hay otro tipo de relatos, que conforman una suerte de sub-mundo: los mitos y leyendas, que con la presencia de personajes naturales o sobrenaturales, pretenden encontrar explicaciones a hechos del mundo cotidiano. Los mitos antiguos son una fuente de inspiración para la nueva mitología, cuyos componentes evolucionan más allá de la obra que les dio origen, dando lugar, gracias a las nuevas tecnologías de la comunicación y la comercialización, a juegos, filmes y toda una parafernalia en la que se pueden incluir desde ropa y adornos hasta útiles escolares. En este mundo de mitos y leyendas se encuentran también los seres mágicos y los hechos que sólo son posibles en ese universo. No pretenden explicar una realidad cotidiana sino sumergirnos en ese mundo con leyes propias en el cual nada de lo que sucede puede ser asumido como cierto pero al mismo tiempo todo es cierto.

Dentro del universo cotidiano encontramos el mundo realista: es un tipo de literatura que encontró grandes exponentes en autores como Dickens u Oliverio Twist, con descripciones crudas de lugares, personas, causas y efectos, que consiguen la máxima credibilidad por parte del lector. El mundo cotidiano y el mundo onírico se cruzan en el mundo fantástico, en el que un acontecimiento inexplicable altera la cotidianeidad. La explicación del fenómeno puede partir de cualquiera de los dos universos: “Cuando Gregorio Samsa se despertó una mañana después de un sueño intranquilo, se encontró sobre su cama convertido en un monstruoso insecto” (La metamorfosis, Franz Kafka).

Los matices del mundo fantástico nos llevan hacia otros planetas literarios: la ciencia ficción y el terror. Otra combinación es el mundo utópico, que describe realidades distantes en la imaginación, sociedades que aparecen perfectas ocultando el horror en sus entrañas, modelos culturales distintos, como Aldous Huxley en “Un mundo feliz”. La literatura en diferentes partes del mundo ha dado lugar a mundos literarios con características propias, por ejemplo el “mundo de lo real maravilloso” o también llamado realismo mágico, propio de la literatura latinoamericana. En esta literatura todo forma parte de una realidad única: la fantasía, el misterio, lo cotidiano, incluyendo los sueños y alucinaciones. Todo existe. Todo es, como se puede apreciar (y disfrutar) en la literatura de García Márquez o Alejo Carpentier.

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