"LA FELICIDAD ABSOLUTA NO EXISTE, Y UNO ESCRIBE JUSTAMENTE POR ESO"

miércoles, 2 de febrero de 2011

LAS CLAVES DE LA VIDA. POR CARLOS LANDI


En los jardines flotantes de Babilonia se encontraba el código de la vida, según leyó Marina Laura, terapista ocupacional de profesión, en un viejo libro que había heredado de su abuela paterna., Mercedes.

Ahí se decía que la historia de todos los seres vivos está condensada en cuatro letras que aparecían entre el follaje y que se repetían indefinidamente.

La A correspondiente a una flor llamada Adenina, la G de una extraña y bella especie nombrada desde los comienzos de la cultura orienta, Guanina, la T de Timina, y por último la C de Citosina formando los cuatro elementos del mensaje que contiene los secretos de la vida.

Así de simple se expresaba el código universal que gobierna el azar. Pero las claves del envejecimiento, la enfermedad y la muerte estaban en la última página del libro y justamente era esa la única hoja que había sido arrancada no se sabía por quién.

Esas claves aún no han sido descifradas por científico alguno, sólo se sabe que todos los organismos funcionan bajo el mismo principio y que un porcentaje de variación del 0,1 por ciento entre ellos puede equivaler a 6 millones de diferencias.

Esa página arrancada parecía confirmar una vez más, el abismo infinito que existía entre Marina Laura y el lenguaje perfecto de la naturaleza.

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