El día es efímero,
y soy una marioneta grotesca
sin cuerpo ni alma.
Afuera hay guirnaldas y fiesta,
la luz del sol
difumina mi cuerpo transparente.
Ahora llega el crepúsculo,
y con él la neblina
deja un aroma de
soledad en las calles desiertas.
Estoy sin fuerzas,
la luz se apagó
y ya nada me queda por hacer.
Siento que no soy nada,
es verdad,
solo espero.
No tengo estatus de persona
soy nada más que una simple marioneta
reflejo de un ser que nunca fue.
Un rayo luminoso
parecido a la mentira.
Una criatura errante
en busca de sonrisas infantiles.
La noche llega a su fin,
y otra vez alegría de niños invade el ambiente.
Alguien tira los cordones,
y la magia comienza otra vez.
Nuevamente hay que salir y sonreír,
pero no me importa
el día también es efímero.
Ya vendrá la noche
Y también la neblina
Así lograré descansar
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