"LA FELICIDAD ABSOLUTA NO EXISTE, Y UNO ESCRIBE JUSTAMENTE POR ESO"

miércoles, 15 de mayo de 2013

SER O NO SER. POR CARLOS RAFAEL LANDI

Ser o no ser, ese es el dilema. ¿Es es más noble para mi sufrir los golpes y las flechas del injusto destino o tomar fuerzas contra el ego y oponiéndose a las adversidades encontrar el fin, o dudar y aceptar que puede haber una buena fortuna para un joven melancólico como yo? Morir, dormir… nada más; y con un sueño poder decir que acabamos con el sufrimiento del corazón y los mil choques que por naturaleza son herencia de nuestro nacimiento. Morir, dormir, dormir… quizá soñar. Ahí está la dificultad. Ya que en ese sueño de muerte, los sueños que pueden venir cuando nos hayamos despojado de la confusión de esta vida mortal, nos hace frenar el impulso. Ahí está el respeto que hace de tan larga vida una calamidad. Pues quien soportaría los latigazos y los insultos del tiempo, la injusticia del opresor, el desprecio del orgulloso, el dolor penetrante de un amor despreciado, la tardanza de la ley, la insolencia del poder, y los insultos que el mérito paciente recibe del indigno cuando él mismo podría desquitarse de ellos con un puñal. Quejarse y soportar una vida cansada, por el temor a algo después de la muerte – El país sin descubrir de cuya frontera ningún viajero vuelve nos hace soportar los males que sentimos en vez de volar a otros que desconocemos. La conciencia nos hace cobardes a todos.

 El otro Hamlet mira a través de la ventana sentado en el sillón de terciopelo verde, quizás un pocillo de café acompañe la despedida. Lejos está en el tiempo la lejana Dinamarca medieval del príncipe Hamlet, por distintos caminos han surcado sus historias. Cuando era joven recitó de memoria el monólogo de Shakespeare en la clase de Literatura. El otro no necesitó matar a nadie en la realidad, tal vez en la mente a su padre. Sin embargo él y su homónimo comparten irremediablemente el destino de todos los hombres. Hoy se acerca su última hora, cuando el reloj marque las seis se resolverá el dilema ser o no ser, sólo quedan pocos minutos para ser. Todos los sueños se acumularán en uno interminable. Ya no puede decidir por sí mismo. El final es absolutamente deseable, sin dolor, sin deudas, en silencio. Cuando el reloj marque la hora señalada, ya no habrá nada, sólo un punto y aparte y luego todas las páginas en blanco.

No hay comentarios:

Publicar un comentario