Él estaba
enamorado de ella, era el amor de su vida, pero desapareció sin dejar rastro y Ulises solo quería volver a verla.
Se enderezó de
golpe. Un movimiento brusco hizo que despertara y volviese a la realidad. Se
encontraba traspirando y con el puño de la mano derecha cerrado, apretándolo
fuerte para que aquello no se le escapase.
Estaba Ulises buscando a su antiguo amor, aquella que le había robado el corazón y
se lo había llevado con ella. Por muchos esfuerzos de búsqueda no conseguía
encontrarla, llevaba años sin saber nada de ella, y para colmo se había llevado
su corazón.
Casualmente, giró en una esquina y allí estaba
ella, la mujer de su vida con el puño cerrado. Ulises no dudó y fue detrás de
ella, sabía que aquello que apretaba en el puño era su corazón. La alcanzó y
recuperó su corazón. Pero Ulises era consciente que estaba soñando y no
quería despertarse, ya que estaba con la mujer amada, aquella que tanto tiempo
llevaba sin ver. Apretaba el puño para que no se le escapase el sueño, quería
verla. Apretaba el puño para que no se le escapase el corazón, era suyo. De
repente, la maga Circe abrió la habitación y vio que Ulises aun dormía.
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