En recuerdo del Profesor Castro...
Buenos días alumnos, hoy quiero decirles que ya no me importa nada, hagan lo que quieran, el viernes murió mi madre,
ya no me importa nada, el que necesita 10 para aprobar lo tendrá, el que
necesite más se jorobará por tonto. De ahora en más no voy a enseñar nada, me
voy a sentar en el escritorio y no voy a hacer nada. Perdí a la persona que más
quería en el mundo, no me queda nada, estoy solo. Siempre fui un profesor
exigente, conmigo mismo y con ustedes y
¿Para qué? si ha muerto mi madre. Nada tiene sentido, nada ya me importa. Sean felices jueguen, hagan lo que
les parezca, disfruten, ríanse, sean felices. A nosotros nos contrataron para
domesticarlos, para decirles algunas mentiras que creíamos que eran verdades,
certezas que eran otra forma de engaño, lástima que me di cuenta tan tarde de
la estafa moral. Ésta es la nueva educación, no hacer nada o lo mínimo
indispensable para aprender ¿Qué?, lo más importante es jugar. De joven tuve un
amor y lo perdí, sí la perdí por tímido, por boludo, por pasarme todo el día
estudiando para ser este triste profesor de contabilidad, a ella le gustaba
bailar el rock pero yo no sabía cómo bailarlo, no estaba a la altura de sus
aspiraciones, y ¡ Claro! en vez de los pasos de rock sabía a la perfección el
activo, el pasivo, el patrimonio neto y la cuenta retorno, con la que boché a
la mayoría de los pobres tontos de otras épocas, hoy todavía me estarán
puteando… quise ser feliz como ustedes, que se divierten todo el día y no pude, tampoco me dejaron eran tiempos de puro
esfuerzo y responsabilidad, tal vez ya sea muy tarde, sí es muy tarde, me voy hagan
lo que quieran… ahora no me importa nada, el que necesita diez, lo tendrá y el
que necesite más ¡que se joda!
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