"LA FELICIDAD ABSOLUTA NO EXISTE, Y UNO ESCRIBE JUSTAMENTE POR ESO"

lunes, 11 de febrero de 2013

AZAZEL

 Eras el sello de una obra maestra, lleno de sabiduría, exultante en belleza. En el Edén estabas, en el jardín de Dios. Toda suerte de piedras preciosas formaban tu manto: rubí, topacio, diamante, crisólito, piedra de ónice, jaspe, zafiro, malaquita, esmeralda; en oro estaban labrados los aretes y pinjantes que llevabas, aderezados desde el día de tu creación. Querubín protector de alas desplegadas te había hecho yo, estabas en el monte de las criaturas celestiales, caminabas entre piedras de fuego. Fuiste perfecto en tu conducta desde el día de tu creación, hasta el día en que se halló en ti la iniquidad. Por la amplitud de tu ambición se ha llenado tu interior de violencia, y has herido a tus semejantes. Y yo te he degradado del monte divino, y te he eliminado, querubín protector, de en medio de las piedras de fuego. Tu corazón se ha pagado de tu belleza, has corrompido tu sabiduría por causa de tu esplendor. Yo te he precipitado a la tierra, te he expuesto como espectáculo a los reyes y princesas. Por la multitud de tus culpas por la inmoralidad de tu locura, has profanado los santuarios. Y yo he sacado de ti mismo el fuego que te ha devorado; te he reducido a ceniza a los ojos de todos los que te miraban. Todos los humanos que te conocían están pasmados por ti. Eres un objeto de espanto, y mereces desaparecer para siempre de la faz del universo.

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