FIN DE FIESTA. POR CARLOS RAFAEL LANDI

¡Ven aquí, toma mis manos y gira conmigo! Así, más deprisa, ¡más! ¿No ves los estruendos en en cielo convertidos en bolas de fuego? Así arde en mi corazón el amor por Julia. Esta mañana me ha servido el desayuno y hace un momento le he ganado unos mil pesos jugando a los dados y me ha sonreído. Gira, gira, que vuelen por los aires tu pileo y el mío, que esta fiesta no termine jamás.Dentro de unos días me despertaré llorando al oír a los demás esclavos de la casa lamentarse porque las fiestas saturnales han llegado a su fin y debamos volver a nuestros quehaceres serviles. Y el viejo Borges, como todos los años, dirá: “¿De qué sirve lamentarse de nuevo? ¡Hace siglos que terminó la edad de oro de Saturno, cuando el grano y la caza y la lana para los vestidos y los blancos quesos eran compartidos entre todos los seres humanos equitativamente y no existían amos ni esclavos! ”