"LA FELICIDAD ABSOLUTA NO EXISTE, Y UNO ESCRIBE JUSTAMENTE POR ESO"

sábado, 25 de febrero de 2012

LA CARTA

Me dirijo a todos los amigos de la juventud, y les imploro que posen su mirada compasiva en mi infeliz destino, con el fin de eliminar los prejuicios de los que soy víctima. Somos hermanas gemelas; los ojos del hombre no se parecen tanto entre sí, ni se llevan mejor que mi hermana y yo, a no ser por la parcialidad de nuestros padres, quienes hicieron la más injuriosa de las distinciones entre nosotras.

Desde la infancia me he visto obligada a aceptar que mi hermana pertenecia a una categoria más educada. Crecí con el sufrimiento de no contar con la más mínima instrucción, mientras que nada se le negaba a ella.

Tuvo maestros que le enseñaron a escribir, a dibujar, a tocar un instrumento y otras habilidades, mientras que si por casualidad yo tocaba un lápiz, una pluma o una aguja, se me reprendia con severidad; y en más de una oportunidad me han golpeado por ser torpe y desear tener modales más agraciados.

¿No deberían arrepentirse muchisimo nuestros padres de haber provocado una diferencia tan grande entre dos hermanas que son exactamente iguales? ¡Ay de mí! Tendré que morir de pena, pues no podría ni siquiera garabatear una suplicante petición de ayuda…

Tengan la bondad, señores, de hacer que mis padres tomen conciencia de la injusticia que encierra una decisión exclusiva, y de la necesidad de distribuir sus cuidados y cariño entre todos sus hijos por igual.

Con profundo respeto me despido de Uds.


Su Servidora, LA MANO IZQUIERDA.

Escrito por BENJAMIN FRANKLIN

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