
Mi mente vuela por cada rincón del corazón buscando una razón para olvidar. Las noches son oscuras y los días luminosos.
El corazón se me acelera cuando recuerdo nuestros paseos por París, y cómo por casualidad llegamos esa tarde a encontrar el rincón más maravilloso del mundo en forma de bateaux.
También recuerdo que un día soñé con ser actor y despedirte desde el muella junto al Sena. A vos no te provocaban ilusión las despedidas.
Yo estaba acostumbrado a ellas como para no saber apreciarlas.
Vos me enseñaste a no pensar en el futuro y ahora me tenés pendiente de él.
No inporta, el futuro es tan incierto como un pasado, del que sólo se dicen viejas y hermosas palabras o increíbles mentiras. Todo se confunde en lo profundo del corazón.
Ahora trato de olvidarte y los ojos se me nublan, No sufras porque en esta ciudad nadie me mira a los ojos..
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